* LAS BAYAS DE GOJI QUE SE CULTIVAN EN EL NORTE DE CHINA, EL 99 % DE LAS QUE SE COMERCIALIZAN, PUEDEN SER NOCIVAS PARA LA SALUD.

27 07 2010

La OCU afirma que las bayas de Goji son tóxicas y pide al Ministerio de Sanidad su retirada

Las bayas de Goji se convirtieron hace aproximadamente un año en el alimento de moda lo que las llevó a multitud de comercios en todo el mundo. Ahora la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) denuncia su contenido de sustancias tóxicas como metales y pesticidas.

La OCU ha llevado a cabo análisis de 10 muestras de este producto en diferentes puntos de venta en Madrid y Barcelona para cercionarse de sus propiedades. Según esta organización, “todas las bayas analizadas incumplen los requisitos para su comercialización y, entre otras cosas, contienen gran cantidad de pesticidas, algunos ilegales en Europa, y metales pesados como cadmio, cobre y plomo”.

La OCU señala que la ingesta de bayas “no produce una intoxicación inmediata”, por lo que pide que no cunda el pánico. “Sería necesario consumir kilos para que esas sustancias tuvieran un efecto inmediato, pero su consumo podría tener consecuencias a largo plazo”.

La OCU ha pedido al Ministerio de Sanidad español la retirada de las bayas de Goji del mercado. En los mismos términos se ha dirigido a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), solicitando que además de su retirada, se ejerza un mayor control en estos productos, pues los problemas detectados, comunes a todas las muestras, “no parecen ser un hecho aislado, sino más bien generalizado”.

Aunque estas bayas son originarias de la región del Tibet, la mayoría proceden de plantaciones del norte de China y se comercializan con un etiquetado en el que se asegura que refuerzan el sistema inmunológico, previenen problemas cardiovasculares, ayudan contra la fatiga y el agotamiento, y promueven la longevidad y la salud.

También se afirma que favorecen la vista, regulan tanto el sueño como el apetito, cuidan los riñones y el hígado, aportan energía, ayudan a la pérdida de peso, tratan la presión arterial, solucionan los problemas de la menopausia y curan la impotencia.

La OCU declaró hace ya tiempo que no existían evidencias científicas que avalasen dichos efectos saludables de las bayas de Goji, y “mucho menos pagar el precio tan alto que se pide por ellas”, unos 24 euros el kilo, de media.

En la organización señalan, “hemos verificado la presencia de metales pesados, concretamente de cadmio, mercurio, plomo y cobre”, lo que supone que se deberían ingerir 400 gramos diarios de bayas para sufrir un perjuicio inmediato. Un consumo continuado podría provocar daños en el riñón, una alteración de las hormonas sexuales e incluso la tendencia a fracturas ante la falta de mineralización ósea.

También señalan que de entre los trece pesticidas que encontraron en las bayas analizadas, se encuentran varios que no están autorizados por la Unión Europea.

Sería interesante saber si entre las bayas analizadas se contaban también las de la variedad “Lycium Barbarum”que llevan la denominación de origen que demuestra que son procedentes del Tibet y que deberían de llevar el sello “Tibet Authentic”, del colegio médico tibetano, o el sello “Bio”, o si se trataba siempre de las de más baja calidad que se cultivan en otras condiciones.


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